La ferratina es una proteína presente en nuestro organismo que juega un papel esencial: se encarga de almacenar el hierro y liberarlo cuando el cuerpo lo necesita. Entender qué significan sus niveles (si están bajos o altos) puede ayudarte a prevenir problemas de salud importantes como la anemia o las enfermedades hepáticas.


¿Qué es la ferritina y por qué es importante?

La ferritina es un indicador clave de los niveles de hierro almacenados en el cuerpo. Se encuentra principalmente en el hígado, el bazo, los músculos y la médula ósea. Su función es acumular el hierro que no se está utilizando de forma inmediata, para ponerlo a disposición cuando el cuerpo lo necesite: por ejemplo, en procesos como la producción de glóbulos rojos o la reparación de tejidos.

Un simple análisis de sangre permite conocer los niveles de ferritina en tu organismo. Estos valores pueden variar según la edad, el sexo, el estado de salud y, en el caso de las mujeres, el embarazo, momento en el que es común que disminuyan debido al aumento del volumen sanguíneo.

 

Ferritina baja: qué significa y por qué ocurre

Tener la ferritina baja generalmente indica que las reservas de hierro del organismo son insuficientes. Esto no siempre se traduce en una anemia inmediata, pero sí que es un signo de que el cuerpo podría empezar a fallar en sus funciones relacionadas con el oxígeno y la energía si no se corrige a tiempo.

 

Causas de la ferritina baja

Una ferritina baja puede deberse a distintos factores, entre ellos:

  • Dieta pobre en hierro, para aquellas personas que no consumen suficientes alimentos ricos en este mineral.
  • Pérdidas de sangre, como en menstruaciones abundantes o hemorragias digestivas.
  • Trastornos de absorción, como la enfermedad celíaca o el síndrome del intestino irritable.
  • Embarazo, debido al aumento de la demanda de hierro por parte del feto.


Es posible tener la ferritina baja y hierro normal en sangre, ya que la ferritina refleja las reservas de hierro, no el hierro circulante. Esta condición debe observarse con atención, ya que puede ser el primer paso hacia una anemia ferropénica.

 

Síntomas de ferritina baja

Los síntomas pueden variar según el grado de deficiencia. Entre los más comunes se encuentran:

  • Cansancio extremo o fatiga sin motivo aparente
  • Piel pálida
  • Dolor de cabeza frecuente
  • Debilidad muscular o agotamiento mental
  • Mareos o vértigos
  • Caída del cabello
  • Latidos cardíacos irregulares


Estos signos suelen empeorar si la situación se mantiene en el tiempo sin tratamiento.

 

Tratamiento para ferritina baja

Como todo, primero deberemos entender la causa de la ferritina baja, y entonces una vez entendamos el problema de raíz podremos encontrar la solución correcta. En la mayoría de los casos, una dieta rica en hierro es suficiente:

  • Carnes rojas, vísceras (como hígado)
  • Legumbres como lentejas o alubias
  • Verduras de hoja verde como espinacas
  • Frutos secos y semillas


En situaciones más graves, el médico puede recomendar suplementos de hierro por vía oral o, en casos excepcionales, por vía intravenosa. Por ello es muy importante consultar con un médico especializado para que pueda examinar los análisis y ver tu caso de manera personalizada.  

 

Ferritina alta: qué significa y cuándo preocuparse

Por el contrario, la ferritina alta puede ser un indicador de que el cuerpo está acumulando más hierro del necesario o de que existe algún proceso inflamatorio o infeccioso. A diferencia de la ferritina baja, tener esta proteína en exceso puede dañar órganos vitales si no se controla.


Causas de ferritina alta

  • Trastornos hepáticos, como la cirrosis o hepatitis.
  • Hemocromatosis, una enfermedad genética que provoca una acumulación excesiva de hierro.
  • Hemosiderosis, que también implica depósitos anormales de hierro en los tejidos.
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Dietas muy ricas en hierro
  • Anemias con sobrecarga férrica, como la anemia sideroblástica.


Síntomas de ferritina alta

En algunos casos, los niveles altos de ferritina no producen síntomas. Sin embargo, cuando son muy elevados o prolongados, pueden aparecer:

  • Coloración oscura de la piel
  • Dolores articulares
  • Cansancio crónico
  • Dolor abdominal o en el hígado
  • Palpitaciones o arritmias
  • Problemas hormonales o infertilidad en hombres


La ferritina alta en sangre también puede estar asociada con enfermedades como la osteoporosis, la artritis o los trastornos endocrinos.


Cómo bajar la ferritina alta

El tratamiento dependerá de la causa, pero en líneas generales se recomienda:

  • Evitar alimentos ricos en hierro, como carnes rojas o espinacas.
  • Limitar o eliminar el alcohol y el tabaco.
  • En casos de hemocromatosis, puede indicarse una técnica llamada flebotomía terapéutica, que consiste en extraer sangre periódicamente para reducir el exceso de hierro.

 

¿Cuáles son los niveles normales de ferritina?

Aunque pueden variar ligeramente entre laboratorios, los valores de ferritina normales se sitúan en:

  • Hombres adultos: entre 24 y 336 ng/mL
  • Mujeres adultas: entre 11 y 307 ng/mL
  • Embarazadas: entre 10 y 85 ng/mL


Es importante interpretar estos datos junto con otros parámetros, como el hierro sérico y la capacidad total de fijación del hierro, por lo que solo un médico podrá ofrecer un diagnóstico fiable.

¿Qué es la ferritina y por qué es importante?

La ferritina es un indicador clave de los niveles de hierro almacenados en el cuerpo. Se encuentra principalmente en el hígado, el bazo, los músculos y la médula ósea. Su función es acumular el hierro que no se está utilizando de forma inmediata, para ponerlo a disposición cuando el cuerpo lo necesite: por ejemplo, en procesos como la producción de glóbulos rojos o la reparación de tejidos.

¿Cuándo debo acudir al médico por niveles anormales de ferritina?

Siempre que tengas síntomas como fatiga, caída del cabello, piel pálida o dolores articulares persistentes, y especialmente si una analítica revela niveles anormales de ferratina, es recomendable acudir a tu médico de cabecerao a una consulta de hematología.

La ferritina es un valor clave en los análisis de sangre que nos indica si nuestras reservas de hierro están en equilibrio. Tanto la ferritina baja como la ferritina alta pueden reflejar problemas que van desde una mala alimentación hasta enfermedades crónicas. Por eso, si detectas valores fuera del rango o tienes síntomas persistentes, es fundamental buscar asesoramiento médico.

Con una buena alimentación, revisiones periódicas y el tratamiento adecuado, la mayoría de las alteraciones en los niveles de ferritina pueden corregirse y controlarse fácilmente.