¿Has notado enrojecimiento, picor o molestias en el glande? Podrías estar sufriendo una balanitis, una condición más común de lo que parece y que afecta tanto a adultos como a niños. En este artículo te explicamos qué es la balanitis, cómo se produce, cuáles son sus síntomas más frecuentes y cómo puedes tratarla o prevenirla.
¿Qué es la balanitis?
La balanitis es una inflamación del glande, la parte final del pene. Es especialmente común en hombres no circuncidados, aunque puede afectar a cualquier persona. En raras ocasiones, el término también se usa para referirse a la inflamación del clítoris.
La balanitis puede ser puntual, crónica o presentarse en episodios recurrentes. Si no se trata, puede causar dolor al orinar, secreción, irritación o incluso infecciones más graves.
Síntomas de la balanitis
Los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:
- Enrojecimiento del glande o el prepucio
- Dolor o escozor al orinar
- Picor, ardor o molestias en la zona genital
- Secreción blanquecina o maloliente
- Pequeñas úlceras, llagas o manchas
- Dificultad para retraer el prepucio (fimosis)
Si detectas alguno de estos signos, lo recomendable es acudir a un urólogo para que determine la causa y el mejor tratamiento.
Causas más comunes de la balanitis
Aunque a veces puede aparecer sin motivo aparente, la causa más habitual de la balanitis es una higiene íntima inadecuada. La acumulación de restos de orina, sudor o esmegma bajo el prepucio puede favorecer la aparición de bacterias u hongos.
- Infecciones por hongos como la candidiasis
- Bacterias comunes como E. coli o estreptococos
- Alergias o reacciones irritativas, por ejemplo, al látex de los preservativos o jabones agresivos.
- Diabetes mellitus, sobre todo si no está bien controlada
- Enfermedades inmunológicas o de transmisión sexual
¿Por qué los diabéticos tienen más riesgo?
Los hombres con diabetes tienen niveles de azúcar elevados en sangre, lo que crea un ambiente perfecto para que proliferen hongos como la Cándida en zonas húmedas como el glande. Por eso, la balanitis candidiásica es más frecuente en personas con esta condición.
Además, en casos de balanitis recurrente, los médicos suelen solicitar un análisis de sangre para descartar una diabetes no diagnosticada.
Tipos de balanitis más comunes
Existen varios tipos de balanitis, dependiendo de su causa:
- Balanitis candidiásica: causada por hongos, especialmente la Cándida albicans
- Balanitis bacteriana: provocada por bacterias comunes
- Balanitis por herpes: infección viral de transmisión sexual
- Balanitis alérgica o irritativa: reacciones a productos o preservativos
- Balanitis circinada: asociada a enfermedades como la artritis reactiva
- Balanitis de Zoon: más frecuente en hombres mayores no circuncidados
Cada tipo puede requerir un tratamiento diferente, por eso es importante contar con el diagnóstico de un profesional.
¿La balanitis es contagiosa?
La balanitis puede ser contagiosa si está causada por una infección, especialmente hongos o virus. Puede transmitirse por contacto sexual, por lo que es recomendable mantener una buena higiene y, en algunos casos, usar preservativo para evitar el contagio.
¿Qué complicaciones puede provocar la balanitis?
Aunque en la mayoría de los casos no es grave, la balanitis no tratada puede dar lugar a complicaciones como:
- Fimosis (imposibilidad de retraer el prepucio)
- Infecciones urinarias recurrentes
- Estrechamiento del orificio uretral
- Mayor riesgo de cáncer de pene
- Dolor durante el sexo o al orinar
La buena noticia es que, con una higiene adecuada y el tratamiento correcto, estas complicaciones se pueden evitar casi siempre.
¿Qué especialista trata la balanitis?
La balanitis puede ser tratada por varios especialistas según cada caso.
- Dermatólogo: si hay lesiones cutáneas o se sospecha una dermatitis.
- Urólogo: si hay implicación del prepucio o complicaciones como fimosis.
- En niños, el pediatra suele ser el primer profesional en detectar y tratar el problema.
El tratamiento dependerá de la causa específica, pero generalmente incluye:
- Higiene adecuada, evitando productos irritantes y lavado con suero fisiológico o agua tibia dos veces al día.
- Antibióticos tópicos u orales (si la causa es bacteriana).
- Cremas con corticoides suaves, en caso de inflamación por alergias o irritación.
- Si hay complicaciones como fimosis, puede ser necesaria una cirugía menor (circuncisión).
Recuerda que es muy importante consultar con el médico especialista para determinar qué tratamiento es el más adecuado. Se desaconseja totalmente automedicarse, siempre debe ser un médico especializado quien determine el tratamiento a seguir.
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¿Cómo prevenir la balanitis eficazmente?
La prevención de la balanitis es sencilla en la mayoría de los casos. Estas son algunas recomendaciones clave:
- Limpieza diaria de la zona genital con agua tibia y jabón neutro o específico para higiene íntima.
- Evitar productos perfumados o irritantes.
- Secar bien la zona después del lavado.
- Usar preservativos hipoalergénicos si tienes alergia al látex.
- En el caso de niños pequeños, controlar posibles signos de fimosis o infecciones y consultar con el pediatra especialista.
Balanitis en niños
La balanitis infantil es bastante común, especialmente entre los 2 y 5 años de edad. Suele estar relacionada con la fimosis fisiológica (dificultad para retraer el prepucio) y la acumulación de secreciones en esa zona.
El tratamiento en estos casos también se basa en una buena higiene y, si hay infección, el uso de cremas específicas. En algunos casos persistentes, el pediatra puede recomendar una operación de fimosis en los casos más agudos.
En definitiva, la balanitis es una afección común, especialmente en hombres no circuncidados, y aunque no suele ser grave, puede resultar muy molesta. La clave está en una buena higiene íntima, detectar los síntomas a tiempo y consultar con el médico ante cualquier duda.
Si tienes dolor, enrojecimiento o secreción en la zona genital, no lo dejes pasar. Un diagnóstico evita complicaciones y facilita la recuperación rápida.