¿Cuántos tipos de obesidad existen y cómo se clasifican?
La obesidad es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en el mundo y se asocia con un mayor riesgo de desarrollar patologías como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos. Pero ¿sabías que no todas las personas con obesidad tienen el mismo perfil? Existen diferentes tipos de obesidad, y conocerlos es fundamental para encontrar el mejor tratamiento.
¿Qué es la obesidad y cómo se mide?
La obesidad se define como una acumulación excesiva de grasa corporal que puede ser perjudicial para la salud. Su diagnóstico se realiza generalmente con el Índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre la altura en metros al cuadrado: IMC = peso (kg) / altura² (m²)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los valores de IMC en adultos se interpretan así:
- Peso normal: IMC entre 18,5 y 24,9
- Sobrepeso: IMC entre 25 y 29,9
- Obesidad grado 1: IMC entre 30 y 34,9
- Obesidad grado 2 (severa): IMC entre 35 y 39,9
- Obesidad grado 3 (mórbida): IMC igual o superior a 40
Sin embargo, esta clasificación es general. Para un mejor diagnóstico, se analizan otros factores como la distribución de la grasa corporal y su impacto en la salud.
Tipos de obesidad según la distribución de la grasa corporal
Uno de los criterios más importantes para clasificar la obesidad es la distribución del tejido graso. En este sentido, se reconocen dos tipos principales:
1. Obesidad androide o central (tipo manzana)
Se caracteriza por la acumulación de grasa en la zona abdominal y el tronco. Es más común en los hombres y se asocia con un mayor riesgo de enfermedades como:
- Hipertensión arterial
- Infarto de miocardio
- Accidente cerebrovascular (ictus)
2. Obesidad ginoide o periférica (tipo pera)
En este caso, la grasa se acumula en las caderas, muslos y glúteos. Es más frecuente en mujeres y, aunque está menos relacionada con enfermedades cardiovasculares, puede provocar:
- Problemas de circulación
- Varices
- Artrosis de rodilla y cadera
Aunque la obesidad ginoide tiene menos riesgo metabólico que la obesidad androide, sigue siendo un problema de salud que puede afectar la movilidad y la calidad de vida.
Tipos de obesidad según su causa
Otra forma de clasificar la obesidad es según su origen. Existen diferentes factores que pueden provocarla, y en función de estos, se reconocen varios tipos:
1. Obesidad exógena (alimentaria o primaria)
Es la más común y está causada por un desequilibrio entre el consumo de calorías y el gasto energético. Se debe a hábitos como: alimentación rica en azúcares y grasas, sedentarismo y falta de ejercicio físico.
Este tipo de obesidad puede prevenirse y tratarse con cambios en la dieta, aumento de la actividad física y un estilo de vida más saludable.
2. Obesidad endógena o secundaria
Está provocada por factores que no dependen directamente del estilo de vida, sino de problemas hormonales, metabólicos o genéticos. Algunas de sus causas incluyen:
- Hipotiroidismo
- Síndrome de Cushing
- Resistencia a la insulina
- Uso prolongado de ciertos medicamentos, como los corticoides
En estos casos, el tratamiento debe abordar la enfermedad de base con ayuda de especialistas en endocrinología y nutrición.
Obesidad según su gravedad y riesgo para la salud
1. Obesidad moderada (grado I): con un IMC entre 30 y 34,9, esta obesidad puede aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas si no se trata a tiempo.
2. Obesidad severa (grado II): con IMC entre 35 y 39,9, ya representa un riesgo significativo para la salud y puede requerir tratamientos médicos, además de cambios en la alimentación y el ejercicio.
3. Obesidad mórbida (grado III): el IMC supera los 40, lo que implica un riesgo muy elevado de enfermedades graves. En estos casos, puede ser necesaria una cirugía bariátrica como el bypass gástrico o la gastrectomía vertical para perder peso y mejorar la calidad de vida.
¿Cómo se trata la obesidad?
El tratamiento de la obesidad depende del tipo y grado, pero en general incluye:
- Dieta equilibrada: reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y aumentar la ingesta de frutas, verduras y proteínas saludables.
- Ejercicio físico regular: al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana.
- Apoyo psicológico: la obesidad también puede estar relacionada con factores emocionales, por lo que el acompañamiento de un especialista en psicología es clave.
- Tratamiento farmacológico: en algunos casos, se pueden recetar medicamentos para el control del peso.
- Cirugía bariátrica: esta operación se realiza para la obesidad mórbida, cuando otros tratamientos no han funcionado.
La obesidad no es un problema único, sino que se presenta en diferentes tipos, según la distribución de la grasa, las causas de la obesidad, su impacto en la salud y riesgos. Entender qué tipo de obesidad padeces te ayuda a elegir el tratamiento que más te conviene y a mejorar tu calidad de vida.
Entender las consecuencias de la obesidad es el primer paso para empezar a cuidarse. Si quieres saber más sobre salud y obesidad, puedes consultar fuentes oficiales como Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
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